martes, 16 de febrero de 2010

De los puntos sobre las íes

Al profesor Cleóbulo Sabogal Cárdenas, Jefe de Información y divulgación de la Academia Colombiana de la Lengua, un tolimense forjado entre los hábitos y la palabra, me une, además de ésta última, una amistad de casi 20 años. No obstante, hoy he traído al académico para que de manera informal nos hable de él, de sus gustos, de la gramática y del papel que desempeña en la Academia Colombiana de la Lengua.

Adrián Pino Varón: Antes estuvo en el seminario. ¿Por qué ese cambio de la Iglesia a la Academia? ¿Qué lo motivó a ser un estudioso de la palabra?

Cleóbulo Sabogal Cárdenas: Cuando estaba cursando la carrera sacerdotal, propiamente en el segundo año de teología, empecé a ser profesor de español de los jóvenes que iniciaban los estudios (primero de filosofía). Poco a poco, me fui enamorando de nuestra lengua y sentí el deseo de conocerla cada vez más. Así pues, una vez terminada la carrera, decidí viajar a Bogotá con el deseo de trabajar en la Academia Colombiana de la Lengua, y lo conseguí. Llevo más de once años desempeñando el cargo de jefe de información y divulgación.

A.P.V.: ¿Cómo es un día normal en la vida del profesor Cleóbulo? ¿Cuál es su papel en sí en el noticiero Caracol, en la Academia?

C.S.C.: De lunes a viernes, estoy en la Academia a partir de las ocho de la mañana, donde me encargo de absolver todas las consultas idiomáticas. La mayoría son elevadas por teléfono; las demás, por correo electrónico; de vez en cuando llega alguna por carta o por fax. Asimismo, soy el secretario de la Comisión de Vocabulario Técnico, que se reúne todos los martes a las once de la mañana.
Al Canal Caracol, asisto también de lunes a viernes, pero después de las cinco de la tarde. Allí me encargo de la corrección de estilo del noticiero de las siete de la noche y grabo la nota idiomática que se transmite en el noticiero del mediodía.

A.P.V.: ¿A qué le atribuye su éxito como corrector de estilo dentro del canal Caracol y la Academia? ¿Cuál es el promedio de preguntas que llegan a diario?

C.S.C.: Mi éxito radica en el estudio constante, pues un idioma nunca se termina de conocer, y en la adquisición permanente de libros para estar actualizado. Soy un apasionado por la lengua española. En resumen: vivo del idioma y por el idioma.
El promedio diario de preguntas idiomáticas es de cincuenta.

A.P.V.: Dicen que el *adjetivo que no da vida mata. ¿Cuales o de qué tipo son los errores más comunes al escribir? adjetivos, adverbios, sintaxis, puntuación…

C.S.C.: Los errores más comunes tienen que ver con la ortografía y la sintaxis. Relacionadas con la primera están las faltas de puntuación, pues son muy pocas las personas que saben emplear atinadamente los signos de puntuación, y las cacografías o disgrafías. Relacionadas con la segunda, están los anacolutos, las cacofonías, los pleonasmos o redundancias, los solecismos, etcétera.

A.P.V.: ¿Cuántos diccionarios en promedio ha leído? ¿Cuáles son los que más recomienda para consulta?

C.S.C.: Los diccionarios no están concebidos para leerse como si fuesen una novela, sino para consultarse cada vez que se requieran. Además, no todos los diccionarios son iguales ni sirven para lo mismo; de ahí que un estudioso del idioma no pueda conformarse con unos cuantos lexicones. Entre los muchos que puedo recomendar, están el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española, el Diccionario de uso del español, de María Moliner, el Diccionario de uso del español de América y España y el Diccionario panhispánico de dudas, de todas las academias de la lengua.

A.P.V.: En su experiencia, ha encontrado un escritor que sea fiel a la gramática y que a su vez sea bueno en su oficio literario? ¿Se ha identificado con alguno?

C.S.C.: Debo reconocer, por una parte, que la literatura no es mi fuerte; por otra parte, que el tiempo sólo me alcanza para leer textos de gramática, redacción y estilo. Además, de consultar diversos tipos de diccionarios.

A.P.V.: La mezcla de las lenguas ¿qué tanto daño puede hacer al idioma propio de un pueblo o una región?

C.S.C.: Ningún idioma está libre de las influencia de otros, y el español no es la excepción. Prueba de ello es la cantidad de voces inglesas, francesas e italianas que ha recibido.
Sin embargo, si una lengua abre sus puertas de par en par para darles cabida, indiscriminadamente, a todas las palabras de los demás idiomas, termina convertida en otra.

A.P.V.: ¿En dónde detecta más errores: en una novela, en la poesía, en los artículos periodísticos, en las páginas judiciales?

C.S.C.: Indiscutiblemente en la prensa, porque está plagada de errores, y los periodistas no hacen ningún esfuerzo por enmendarse. Ellos, al igual que la mayoría de los hispanohablantes, creen que por tener el español como lengua materna lo hablan y escriben muy bien. ¡Qué gran error!

A.P.V.: Dos o tres consejos para tener en cuenta.

C.S.C.: 1. Hacerse amigo de los diccionarios, especialmente del de la Academia, para precisar el sentido de los vocablos y su escritura.
2. Leer los textos, una y otra vez, a fin de enmendarlos, pues siempre habrá algo que corregir.
3. Asomarse, de vez en cuando, a los libros de gramática para saber un poco más de la estructura de nuestra lengua.

* Esta afirmación es del poeta chileno Vicente Huidobro.